Desde el desarrollo del ser humano, el cuidado ambiental siempre ha sido fundamental para mantener su expansión como parte de una sociedad, razón por la que se han protegido los recursos con el fin de garantizar una buena calidad de vida.
Cuando aparecieron las industrias, el ser humano pasó de vivir con los recursos al día y empezó a utilizarlos en función a las necesidades a largo plazo, sin embargo, con los años se replanteó el hecho de utilizar recursos ambientales sin políticas de reposición, de ahí nace la responsabilidad empresarial ambiental.
La responsabilidad ambiental en Colombia
Colombia es uno de los países con mayor legislación ambiental en Latinoamérica, superado únicamente por Brasil. Aquí, las empresas se han comprometido con los sellos de desarrollo ambiental, entiendo que estos no solo son beneficiosos para el interior de la empresa, sino también otorgan un valor agregado a la marca, hecho que se ha vuelto cada vez más relevante en los clientes.
Tanto así, que un estudio realizado por la firma Nielsen en 2018 a nivel global, evidenció que el 90% de los millennials está dispuesto a pagar más por artículos que sean amigables con el medio ambiente, mientras que el 80% está dispuesto si detrás de ellos hay iniciativas de responsabilidad social.
La responsabilidad ambiental empresarial va más allá de solo cumplir con lo legislativo y obtener los beneficios tributarios de descuento del 25% al 50% en la renta ambiental, sino también en una manera de acercarse al público entendiendo los contextos actuales de preocupación por el cuidado del planeta y beneficiando a la empresa al poder, incluso, reducir costos en su cadena de valor entregando más diferenciales a su público.
Cada día es más importante entender que el desarrollo económico está ligado al desarrollo ambiental y protección de los recursos naturales del planeta, con el fin crear desde ahí un plan estratégico de responsabilidad social y ambiental para las empresas, y así ir evolucionando con los contextos actuales del mundo y la sociedad.
